Se moría de ganas por marcarle, preguntar como se encontraba, en fin que la hiciera reír con cualquiera de sus ocurrencias, pero la razón de su rompimiento, a su consideración era imperdonable, al consultarlo con su madre, también le hizo enfatizar que no valía la pena perdonarlo.
Habían quedado semanas atrás que, de lograr el empleo buscado, realizarían una escapada de unos cuantos dias a la playa, deteniéndose en la carretera, para besarse y dejarse llevar por el sonido de la obscuridad absoluta y con el brillo de las estrellas.
Comer en lugares inimaginables con una bebida caliente y una cobija traída de casa, el viaje era parte de la recompensa, pero el estar a lado de su novio, teniendo recuerdos inolvidables, la hacia esperar cada vez mas ese momento.
No le gustaba la idea de acampar en la playa, pero pensar que pasaría la noche a lado de su amado valía la pena cualquier riesgo, igual el sonido del mar la arrullaría hasta quedar dormida.
Al final termino su sueño al escuchar el sonido del teléfono de la oficina, al recordarle que estaba en horas de trabajo, no sabia si era sano estar pensando en todos los hubiera, en las cosas que no hizo durante la relación, las mil posibilidades para que eso nunca se terminara, en fin tuvo que tomar un sorbo de su taza café y seguir con su día.........
A lo que invito en este articulo es a reconocer que el hecho de tener experiencias sentimentales con otras personas nos debe de enriquecer y ayudarnos a crecer, ya que de cualquier otra forma estaremos enganchados a personas que forman parte de nuestro pasado y no el presente, reconocer que es mas importante encontrar el perdón hacia nosotros mismos, reconociendo que no nacimos para ser perfectos, pero si felices.
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